lunes, 2 de mayo de 2011

Diferencias

A falta de una bala en forma de 2nd leg, me sorprende la extrañeza que provocan las vulgares maneras utilizadas de forma casi general por todos los elementos que con mayor o menor importancia, mas o menos acercamiento, rodean al fútbol. Hay algunos que se esfuerzan en demostrar que todavía se puede ir más allá, pero en una visión de conjunto no debería sorprendernos el lugar donde ha desembocado tanta tensión Madrid-Barcelona durante estos dias. Baste recordar algunos episodios como la pelea protagonizada por "Tarzán" Migueli y Maradona en la final de Copa del '84 jugada contra el Ath. de Bilbao, el cochinillo, los recogepelotas o simplemente acordarnos del sin par Gil y Gil para resumirlo en solo un personaje. Y que decir de los "animosos" cánticos que se oyen en los estadios.


No nos podemos sorprender porque entonces seriamos tan hipócritas como las televisiones colombianas al denunciar vehementemente una patada de un jugador a una lechuza en pleno partido. ¡Pero si en las gradas llueven navajazos!

Esta es, simplemente la manera de funcionar que tiene el deporte europeo, que se extiende en sus maneras al Sudamericano. El fútbol, sobretodo. De momento es su adn, y poco se puede hacer. ¿Reconciliar a un furibundo hincha del Madrid con uno del Barça? Imposible, según la biblia futbolistica. Lo mismo ocurre con uno del Liverpool y otro del Manchester, por poner un ejemplo de un país que, después de varias desgracias por exceso de futbolerísmo que no voy a recordar, ha querido entrar en la senda del respeto y el juego limpio. 
¿Que se hace para evitarlo? Nada. ¿Se puede evitar? La respuesta esta al otro lado del Atlántico (también la tienen Británicos y Franceses pero se la reservan para el deporte oval, en donde el respeto surge del elitismo adyacente). 
Con unas audiencias mundiales y con aceptación en estratos muy diferentes de la sociedad, el deporte americano no deja cabos sueltos: hay tensión, peleas entre jugadores, declaraciones explosivas, pero también hay educación. Ejemplo: Kobe Bryant, la famosa megaestrella de Los Angeles Lakers fue multado hace unas semanas por la NBA, por susurrar en un "in fraganti" primer plano televisivo "jodido maricón", refiriéndose a un arbitro, con 100.000 dolares. Nadie le oyó, ni siquiera su compañero de banquillo, pero si la Tv, y en cuanto se enteró la NBA, actuó. Resultado: la proxima vez Kobe se lo pensará mejor
Otro: Stan Van Gundy, entrenador de los Orlando Magic fue multado con 35.000 dolares por decir al termino de un partido que los arbitros habían intentado sacar del mismo con faltas a su estrella y pivot titular Dwight Howard. Alguien se imagina a Mourihno en este ambiente, estaría arruinado, !Y no solo él! También se podrían poner ejemplos en la manera de arbitrar, sin fisuras, del elegante Jack o del histrionico Spike.

Lo que esta claro es que nuestro deporte no ha sido capaz de asimilar lo que en la NBA se ha repetido 12 veces: una serie entre los dos mejores equipos de la historia de la competición (Celtics-Lakers) a, como mínimo cuatro partidos. Se nos atragantó al tercero y cuidado con el cuarto. Espero que por lo menos sirva para darse cuenta de que lo importante, lo más importante es el deporte. Pues eso, 22 tios y un balón en una pradera.

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