Definición de Entremés por Lope de Vega
Mouranka es un ser que vive en salas llenas de sillas, focos y micrófonos. Arquitectura funcional, allí no se necesitan ventanas, cuanto más viciado este el aire mejor. No es que tenga un rinconcito con camping-gas, si no que allí es donde se siente más seguro, donde se siente realizado. No se le recuerdan amigos fuera de allí, pero en estas salas tiene hasta una central lechera para alimentarse. Y después de beber, bigote blanco, lo que dice va a misa.
Algunos dudan de su origen, algunos creen incluso que nació allí mismo, micrófono por manta, Dios por padre y miles de Reyes Magos con grabadoras conscientes de que no tardaría en poder hablar. Y fue un milagro, más que formar palabras las escupía. Tal era su veborrea que los pajecillos se frotaban las manos anunciando a sus Reyes la buena nueva: "He aquí nuestro salvador que llenará nuestras hojas blancas, pongámonos a escribir".
¿Y que pasa con el fútbol? |
Así se forjaron las sagradas escrituras de Mouranka, se dio cuenta que lo que decía, al día siguiente se escribía en letras grandes. Pensó: "He aquí mi poder". Y cuanto más gritaba más caso le hacían, cuanto más agresivo se hacia su discurso más seguidores tenía. Alguno le dijo que el vicio lleva a la derrota, pero hacia oídos sordos. Cada vez más recluido, nunca más salio de esas salas, se le olvido el sol, la hierba, y denostó otra parte del cuerpo que no fuera la boca.
La relación con su padre fue difícil. Dios, para algo es Dios. Si no decide, cosa que Mouranka, autodidacta indomable, considera una de sus prioridades, ¿Qué Dios es? Luego se dieron cuenta que su objetivo era parecido, el que algunos se preguntan todavía cual es.
Pero no nos engañemos, un repaso a su por ahora corta vida, con el despego necesario y la cordura inevitable, nos muestra que no es un ser, ni dos, si no que más bien es un ente indefinido, una bola cada vez más grande en un descenso vertiginoso en la que la tensa espera es saber donde va a estrellarse, a la que si quitamos trascendencia y añadimos sentido del humor, nos daremos cuenta que su esqueleto es más apropiado para los entremeses Lopenianos que para las tragedias Biblicas.
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